Aunque el público llamado a participar son fundamentalmente médicos, dada mi presencia allí como en muchos otros congresos como compañía de un familiar del área, es muy interesante conocer los avances que muchos profesionales de esta rama tienen en establecer que se tiene que profundizar en el contacto con el paciente, la persona enferma, accidentada, lesionada, con dolor, frustrada, angustiada, desconcertada, apática, malhumorada, como necesario y fundamental para lograr realmente un proceso preventivo y mas aún curativo.
Sin duda la relación médico-paciente, no es verse en el contexto de la consulta, y va mas allá de un simple récipe médico o de pasar rapidamente una receta, requiere de conocimiento, levantar data, contacto personal que se inicia al precisar las preguntas sobre el entorno laboral, familiar y de la rutina de la persona, tratando de llevar una relación con el paciente menos episódica y de mayor tradición, que hace que los expedientes médicos de una persona, sea un collage de visitas a personas que realmente en general poco lo conocieron, vinculado a rescatar la visita a la casa, evaluar los hábitos de la persona, conocer el entorno como forma de lograr un cuidado real al estado del salud, y para lo cual hace falta de una sostenida acción interdisciplinaria.